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Un archivador es un mueble que tiene cajones para guardar papeles. Sirve para guardar documentos, carpetas y otros objetos de forma organizada. Los archivadores suelen ser de madera o metal, pero también pueden ser de plástico o cristal. Los hay de diferentes tamaños, según el número de archivos que quieras guardar en su interior en cada momento.
Un archivador puede usarse en una oficina o en casa. El tipo más común de archivadores tiene dos cajones en la parte superior y un cajón debajo. Algunos modelos también incluyen un cajón inferior adicional para guardar objetos más grandes, como libros o carpetas.
Contenidos
Los mejores archivadores del mercado: nuestras recomendaciones
Guía de compras: Lo que debes saber sobre un archivador
¿Qué hace un buen archivador?
Asimismo, si tienes muchos documentos y papeles en tu casa o buscas un archivador para tu oficina, puedes conseguir archivadores con compartimentos clasificados de la "A" a la "Z". Así, te será más fácil ordenar tus documentos y encontrarlos más fácilmente. Por otro lado, si necesitas un archivador para guardar materiales, puedes encontrar uno con multi-cajones y diferentes compartimentos.
¿Qué tipos de archivadores hay?
- El primero es el archivador lateral, que tiene cajones que se abren a ambos lados y pueden utilizarse para guardar archivos o carpetas colgantes en posición vertical. Estos armarios tienen puertas en ambos extremos para que no tengas que pasar por encima de otros objetos al abrirlos. También suelen ocupar menos espacio que los archivadores verticales tradicionales porque no son tan profundos (aunque algunos modelos tienen cajones extra profundos). Los archivadores laterales suelen estar fabricados en metal para que sean más duraderos y resistentes, aunque también los hay de plástico si quieres algo más ligero pero lo suficientemente resistente para el uso diario.
- El segundo tipo de archivador es el modelo vertical estándar, que cuenta con un cajón que se abre por la parte delantera como lo haría un cajón de escritorio normal, lo que facilita el acceso a tus documentos sin tener que apartar nada primero. Las unidades verticales suelen ofrecer más capacidad de almacenamiento por metro cuadrado que los modelos laterales, debido a su diseño más profundo; sin embargo, es posible que no encajen muy bien en espacios pequeños, a menos que tengan ruedas para que puedas hacerlas rodar fácilmente en lugar de intentar levantarlas cada vez que necesites acceder a su interior.
¿Cuándo necesitas un archivador?
También te ayudan a mantener tu oficina limpia y ordenada, al mantener todo el desorden fuera de tu escritorio o zona de trabajo. Además, muchos de ellos tienen ruedas que permiten movilizarlos una vez que se llenan o se necesitan en otro lugar.
¿Cuáles son las ventajas de un archivador?
También puedes utilizarlo como espacio de almacenamiento adicional para otros objetos, como libros o material de oficina. Además, muchos archivadores contienen seguros o llaves en sus cajones para guardar documentos privados. Las cerraduras en los cajones permitirán que tus archivos estén a salvo de miradas indiscretas.
Por otro lado, los archivadores suelen estar fabricados especialmente para un ambiente de trabajo o estudio que requiera máxima concentración. Por ello, los archivadores suelen estar hechos de materiales que no hagan tanto ruido al abrir y cerrar cajones.
Criterios de compra y evaluación
Tamaño
Si tienes un espacio pequeño, lo mejor será que compres un archivador con cajones de dimensiones reducidas. También puedes optar por armarios de metal o madera, ya que no ocuparán demasiado espacio en tu oficina o habitación. Asimismo, si no tienes espacio en la habitación para otro mueble, puedes escoger un archivador de cajones que entre debajo de tu escritorio.
En cambio, si tienes gran variedad de archivos, lo mejor será que optes por uno grande con muchos compartimentos, pues te proporcionarán una amplia zona de almacenamiento para todos tus archivos y documentos.
Durabilidad
Otro factor considerable que debes tener en cuenta a la hora de comprar este mueble es su durabilidad. Asegúrate de que sea lo suficientemente resistente para que dure mucho tiempo sin sufrir daños ni problemas de desgaste.
Los más utilizados son los de madera o metal. Asimismo, si no quieres un archivador de metal, puedes optar por un revestimiento de chapa de metal, ya que es suficiente para conservar tu archivador en buenas condiciones.
(Fuente de la imagen destacada: Pixabay: 357514/ Pexels)