Última actualización: 07/02/2022

Un disco de freno es una gran placa metálica circular que se sitúa entre la rueda y la pinza del coche. La finalidad de este disco es ralentizar o detener tu vehículo convirtiendo la energía cinética en calor a través de la fricción con su contraparte, que en la mayoría de los casos sería una superficie de carretera asfaltada.

Los discos de freno suelen estar hechos de hierro fundido, pero también pueden fabricarse de aleación de aluminio, acero inoxidable o fibra de carbono, según el tipo de rendimiento que quieras para tu vehículo. Si quieres conocer más de este producto antes de comprarlo, en esta guía de compras te ayudaremos con ello.




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Guía de compras: Lo que debes saber sobre los discos de freno

¿Qué tipos de discos de freno existen?

Hay dos tipos de discos de freno, los cerámicos y los semimetálicos. La principal diferencia entre ambos es que los discos cerámicos tienen un mayor coeficiente de fricción que los semimetálicos. Esto significa que pueden soportar más calor antes de desvanecerse o perder su potencia de frenado (lo que a su vez los hace ideales para el uso en pista).

Sin embargo, esto también significa que se desgastan más rápido, por lo que tendrás que sustituirlos antes que los discos semimetálicos, que duran más pero no ofrecen tantas prestaciones de frenado en caliente.

¿Cuáles son las ventajas de un disco de freno?

  • Están diseñados para ser más ligeros que los frenos de tambor, lo que se traduce en un mejor rendimiento de frenado y un menor desgaste de las pastillas de freno.
  • Proporcionan una distribución más uniforme del calor en su superficie, lo que permite que se enfríen más rápidamente entre las paradas.

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