Última actualización: 29/09/2021

El dolor lumbar es una manifestación clínica muy frecuente en la sociedad. Afecta tanto a hombres como a mujeres sin importar la edad. Prueba de ello es que es la segunda causa en frecuencia de visitas médicas, la quinta en frecuencia de hospitalización y la tercera en frecuencia de intervención quirúrgica. Se estima que el 70-85% de la población la padece en algún momento su vida (2).

Sin embargo, sus causas pueden ser muchas y muy variadas, cada una de las cuales cuenta con una serie de síntomas distintivos y un tratamiento específico. Es por eso que, a lo largo de este artículo, nos proponemos guiarte a través de las preguntas más frecuentes respecto del dolor de riñones y espalda.




Lo más importante

  • El dolor de espalda y riñones es un padecimiento común, que puede ser indicador de una afección aún mayor.
  • Sus causas son numerosas, pero las más comunes se agrupan en lesiones musculares, infecciones urinarias o cálculos renales.
  • Es importante contar con un diagnóstico médico para poder acceder al mejor tratamiento para el cuadro que se esté transitando.

Lo que debes saber sobre el dolor de riñones y espalda

El término lumbalgia o lumbago se define como todo aquel dolor común de duración variable, circunscrito a la parte baja de la espalda o zona lumbar. Su intensidad varía en función de las posturas o la actividad física, y suele acompañarse de limitación dolorosa del movimiento. Aun así, es importante destacar que la lumbalgia no es una enfermedad. Más bien, es un síntoma que puede darse por distintas dolencias (2).

Si has padecido o estás padeciendo esta dolencia, te invitamos a recorrer el siguiente artículo, donde hemos reunido las preguntas más frecuentes sobre el dolor de espalda y riñones. Esperamos que, con esta guía orientativa, puedas reconocer tus síntomas para informarlos de manera adecuada a un profesional de la salud.

Es importante realizar controles frecuentes durante la gestación. (Fuente: Fring: 3985299 / pexels)

¿Qué tipos de dolor de espalda y riñones existen y cuáles son sus causas?

La lumbalgia puede clasificarse de acuerdo a dos criterios: su duración y sus causas. Siguiendo el criterio del tiempo de duración, podemos distinguir:

  • Lumbalgia aguda: cuando el dolor tiene una antigüedad de seis semanas o menos. Es la forma clínica de presentación más frecuente y se define como un cuadro doloroso agudo en la zona lumbar de aparición brusca e intensa. Surge generalmente al agacharse para coger un peso aunque otras veces ocurre sin motivo aparente.
  • Lumbalgia subaguda o moderada: Después de un episodio agudo puede existir persistencia o fluctuaciones del dolor por unas pocas semanas. Cuando el dolor se extiende de las seis a las doce semanas, se considera lumbalgia sub-aguda.
  • Lumbalgia crónica: cuando ya se cuentan más de doce semanas con dolor. El cuadro suele ser recurrente, estacional, intermitente o episódico, que aumenta con los esfuerzos y sedestación prolongada pudiendo causar incapacidades severas para quien la padece (2).

En cuanto a sus causas, como hemos mencionado, pueden ser muchas y muy variadas; y algunas de ellas pueden derivar en trastornos severos si no se las atiende con la adecuada anticipación. En el siguiente cuadro sintetizamos algunas de las posibles causas de la lumbalgia (1, 2):

Causas de lumbalgia Características
Vertebrales Son todos los problemas que afectan a la región lumbar en su estructura ósea, articular, radicular, ligamentaria y musculatura paravertebral. Podemos mencionar: traumatismos (contracturas musculares, fracturas, esguinces), enfermedades inflamatorias (espondilosis, artritis, psoriasis), infecciosas (brucelosis, tuberculosis, osteomielitis vertebral), metabólicas (osteoporosis), tumorales y hematológicas.
Viscerales Problemas viscerales. Afecciones a los órganos internos, que proyectan el dolor en la zona lumbar. Su origen generalmente es gastrointestinal, pancreático, ginecológico o renal. Podemos mencionar: afecciones renales (cólico renal, pielonefritis, hidronefrosis, tumores), afecciones vasculares (aneurisma aórtico, isquemia mesentérica), afecciones digestivas (pancreatitis, úlcera péptica, apendicitis, colecistitis, tumores), condiciones ginecológicas (embarazo, dismenorrea, endometritis, tumores).

¿Cómo diferenciar el dolor renal del muscular?

Según la intensidad del dolor, las personas más sensibles pueden ser capaces de distinguir su procedencia. Sin embargo, también es posible realizar un diagnóstico personal y provisorio para saber en qué momento acudir al médico y qué síntomas mencionarle.

Una pista importante para la distinción del tipo de dolor que estamos sufriendo, es la actividad física que hemos realizado en el tiempo cercano a la aparición del dolor, o las posiciones que hemos adoptado al sentarnos. Una mala postura puede ocasionar pinzamientos y la actividad física mal realizada también puede acarrear consecuencias negativas para la musculatura de la zona lumbar.

Este tipo de dolor de espalda es conocido como lumbalgia mecánica. Mejora con el reposo y empeora con el movimiento. Esta es la causa más frecuente de lumbalgia, corresponde a 80% de los casos diagnosticados. Se debe principalmente por sobrecarga funcional o postural (2).

Si el dolor no se originó a partir del esfuerzo físico y no proviene de una mala postura, es posible que sus causas sean viscerales en vez de mecánicas. Si es un dolor agudo, que aparece sin previo esfuerzo y llega a su pico en treinta minutos, puede tratarse de una afección renal.

En el caso de las afecciones renales, pueden desarrollarse también una serie de síntomas paralelos que no aparecerán en el tipo de dolor de espalda mecánico.

¿Cuáles son los síntomas específicos de las afecciones renales?

Una de las causas más frecuentes de dolor de riñones y espalda, es la presencia de cálculos renales. Esta afección provoca también dolor abdominal, inguinal, e incluso puede proyectarse a los genitales, en el caso de los hombres.

Estos cálculos o “piedras en el riñón” pueden formarse cuando la orina contiene gran cantidad de ciertas sustancias (calcio, cistina, ácido úrico), que pueden crear cristales. La acumulación de estos cristales es lo que lleva a la formación del cálculo propiamente dicho.

Por lo general, los cálculos no son notados hasta que empiezan a avanzar por los uréteres. Cuando esto sucede, pueden bloquear el flujo de orina fuera de los riñones. Esto ocasiona hinchazón del riñón o los riñones, provocando dolor, el cual generalmente es fuerte.

A su vez, este episodio puede llevar al desarrollo de una serie de síntomas subsidiarios que nos darán la pauta para determinar la existencia de cálculos en los riñones. Entre ellos, podemos mencionar:

  • Escalofríos.
  • Fiebre.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Sed.
  • Micciones frecuentes.
  • Color anormal en la orina.
  • Sangre en la orina (3).

¿Cuáles son los riesgos de padecer afecciones renales?

Como todo cuadro clínico, el dolor de riñones y espalda producto de cálculos renales es una situación de riesgo para la salud. Por eso mismo es importante su detección temprana y tratamiento oportuno.

La formación de cálculos renales (litiasis) puede acarrear ciertas complicaciones. Entre ellas, el riesgo de obstrucción uretral por cálculos de gran tamaño. En los casos más severos, esta condición puede llevar a infecciones bacterianas y hacer necesario un prolongado tratamiento antibiótico, sumado a un drenaje para poder comenzar con el tratamiento de eliminación de los cálculos (5).

Asimismo, el dolor de riñones y espalda puede ser causado por una infección urinaria, sin la presencia de cálculos. Algunos factores de riesgo que propician este tipo de afecciones son:

  • Relaciones sexuales y aumento de la frecuencia de las relaciones sexuales.
  • Nueva pareja sexual en el último año.
  • Uso de espermicida.
  • Una infección urinaria reciente en el último año.
  • Antecedentes familiares de infecciones urinarias.
  • Menopausia (7).

El médico palpará en busca de alteraciones.
(Fuente: Grabowska: 4506109/ pexels)

¿Qué sucede cuando el dolor de riñones se da durante el embarazo?

El embarazo es una condición que coloca a las mujeres en un mayor estado de vulnerabilidad ante ciertos factores infecciosos. Existe una íntima relación entre la gestación y las patologías que afectan al aparato urinario, tanto las preexistentes al embarazo como aquellas aparecidas durante el mismo (6). Su complicación puede comprometer las vías urinarias superiores y colocar a la mujer en la necesidad de un prolongado tratamiento.

Las infecciones urinarias son una de las complicaciones médicas más frecuentes y constituyen la infección bacteriana más común durante este periodo (6). Sin embargo, eso no significa que toda mujer embarazada deba transitar esta infección de forma obligatoria.

Se recomienda la realización de un urocultivo durante el primer trimestre de gestación para la detección temprana de cualquier recuento anormal en el número de bacterias, que pueda dar indicios de una inminente infección.

Además, como forma de prevención, es sumamente importante mantener una buena higiene, aumentar el consumo de agua a más de 2000 ml por día, aproximadamente, y realizar los controles médicos pertinentes con regularidad.(6)

Diagnóstico, tratamiento y prevención de las afecciones renales

Es importante mantenerse alerta a las señales que nuestro cuerpo constantemente nos envía. Una sensación extraña al orinar, color anormal en la orina o dolor en el vientre y la espalda pueden ser indicios de una condición médica que debe ser atendida. Sin embargo, todo diagnóstico y tratamiento debe ser realizado por un profesional de la salud.

Un diagnóstico personal erróneo puede llevar a agravar el cuadro que estés atravesando, así como automedicarse suele llevar a problemas de salud aún mayores. En este apartado no pretendemos instarte a realizar ninguna de estas cosas.

Buscamos informarte sobre qué cosas puedes esperar al acudir a una cita médica para tratar el dolor de espalda y riñones. Por eso mismo, a continuación te hablaremos sobre la forma de diagnóstico, los tratamientos esperados y las formas de prevenir los cuadros clínicos.

Los cálculos renales pueden detectarse en radiografías o ecografías.
(Fuente: Shvets: 4226259 / pexels)

Diagnóstico médico

Si bien muchas veces podemos distinguir el dolor muscular de visceral, es importante acudir a un profesional de la salud para un diagnóstico confiable. Con frecuencia los cálculos son asintomáticos y se descubren durante exploraciones radiográficas de rutina (4).

El médico realizará una serie de exámenes físicos y de orina para diagnosticar el cuadro y descartar otras posibles condiciones clínicas. Puedes esperar que el doctor te palpe la zona afectada en busca de sensibilidad, y que recurra al uso del estetoscopio para oír posibles efectos secundarios del cuadro clínico, como taquicardia o taquipnea.

También será necesario que realices exámenes de orina para poder tener un diagnóstico más certero. Con esto, el médico será capaz de identificar señales de la existencia de cólicos renales, como presencia de sangre en la orina, concentración bacteriana o cristales. De esta forma podrás acordar con él el mejor tratamiento para la solución de tu caso (4).

Tratamiento

Cada persona es única y transita los cuadros clínicos de manera diferente. Sin embargo, el tratamiento de una afección renal puede ser similar para cada paciente. Una vez se haya distinguido a qué se debe el dolor de riñones y espalda, será necesario desarrollar una estrategia adecuada para el cuadro que presentes. Algunas de las acciones esperables son las siguientes:

  • Administración de analgésicos para el alivio del dolor agudo que puede causar la presencia de un cólico en los riñones. Generalmente se utilizan narcóticos como la morfina o la meperidina dada su potente acción sedante.
  • Suministro de agentes litolíticos para comenzar a disolver el cólico hasta que alcance un tamaño adecuado para ser expulsado del organismo a través de la orina. Esto puede realizarse con un procedimiento invasivo o a través del consumo de fármacos específicos para el fin.
  • Acompañamiento del tratamiento con una dieta especial, pensada para causar una diuresis controlada que facilite la expulsión de las piedras del organismo.

Si el dolor de espalda y riñones, en cambio, está dado por el avance de una infección urinaria, será necesario un tratamiento antibiótico generalmente prolongado, con fármacos potentes que eliminen por completo las bacterias para evitar una nueva proliferación.

Existen tratamientos específicos para cada tipo de cálculo que pueda presentarse. Por eso siempre es importante acudir al médico en busca del tratamiento más adecuado para cada caso particular.

Prevención

El desarrollo de cálculos tiene un gran componente genético y metabólico propio de cada persona. Sin embargo, es posible mantener una serie de cuidados para prevenir la formación de cristales que puedan derivar en piedras. Los mismos también sirven para prevenir la reincidencia en pacientes ya tratados.

Si el dolor de riñones y espalda se debe, en cambio, a infecciones bacterianas, también existen medidas que podemos tomar para prevenir esta condición. Algunas de las medidas preventivas a ambas afecciones más comunes son:

  • Seguir una dieta equilibrada mixta con contribuciones de todos los grupos de nutrientes, pero evitando excesos en cualquiera de ellos (5).
  • Aumentar el consumo de líquidos y añadir la ingesta de jugo de arándano (o tabletas de arándano) a la dieta.
  • Mantener una buena higiene de la zona genital y prescindir del uso de agentes anticonceptivos como los espermicidas, u otras sustancias que puedan afectar la zona y favorecer una infección (7).

Conclusión

El dolor de espalda y riñones es uno de los padecimientos más comunes. Cerca del 80% de las personas lo sufre en algún punto de su vida, y sus causas pueden ser muchas y muy variadas. A lo largo de este artículo hemos intentado sintetizar de la mejor manera posible las distintas situaciones en que puedes desarrollar este tipo de dolor, ya sea muscular, por infecciones urinarias o por la presencia de cólicos renales.

Es importante cuidar de la salud y actuar con premura ante el menor indicio de que algo anda mal. El autodiagnóstico temprano debe ser el primer paso para acudir a un profesional de la salud, y no incurrir en la automedicación. Recuerda que dejar avanzar una infección urinaria o descuidar un cálculo puede llevar a complicaciones aún mayores.

(Fuente de la imagen destacada: psisa: 124438953/ 123rf)

Referencias (7)

1. Dávila A, Santamaría D. Determinar la incidencia del lumbago por causas viscerales, mediante las aplicaciones de test viscerales y funcionales de los pacientes que acuden al Hospital Pablo Arturo Suárez en el período agosto del 2016 a enero del 2017. Pontificia Universidad Católica del Ecuador [Internet]. 2017 [citado 31 agosto 2021]
Fuente

2. Aguilera A, Herrera A. Lumbalgia: una dolencia muy popular y a la vez desconocida. Apidemiología en acción. 2013;11 (2).
Fuente

3. Liou LS, Zieve D. Cálculos Renales. Cardiovascular Foundation of Colombia. 2020.
Fuente

4. Monrroy Vega DA, Mullisaca VR. Cálculos Renales o Nefrolitiasis. Revista de Actualización Clínica Investiga. 2011;11.
Fuente

5. Türk C, Knoll T, Sarica K, Seitz C, Straub M, Traxer O. Guía clínica sobre la urolitiasis. European Association of Urology. 2010;.
Fuente

6. Pillajo Vásquez MV. Factores de riesgo en infección de vías urinarias en embarazadas de 30 a 40 años. Plan de prevención. [Magister]. Universidad de Guayaquil; 2016.
Fuente

7. Alam P. Infecciones del tracto urinario. Foundation for female health awareness. 2019;.
Fuente

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Artículo académico
Dávila A, Santamaría D. Determinar la incidencia del lumbago por causas viscerales, mediante las aplicaciones de test viscerales y funcionales de los pacientes que acuden al Hospital Pablo Arturo Suárez en el período agosto del 2016 a enero del 2017. Pontificia Universidad Católica del Ecuador [Internet]. 2017 [citado 31 agosto 2021]
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Artículo académico
Aguilera A, Herrera A. Lumbalgia: una dolencia muy popular y a la vez desconocida. Apidemiología en acción. 2013;11 (2).
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Resumen médico
Liou LS, Zieve D. Cálculos Renales. Cardiovascular Foundation of Colombia. 2020.
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Artículo académico
Monrroy Vega DA, Mullisaca VR. Cálculos Renales o Nefrolitiasis. Revista de Actualización Clínica Investiga. 2011;11.
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Guía clínica
Türk C, Knoll T, Sarica K, Seitz C, Straub M, Traxer O. Guía clínica sobre la urolitiasis. European Association of Urology. 2010;.
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Tesis de posgrado
Pillajo Vásquez MV. Factores de riesgo en infección de vías urinarias en embarazadas de 30 a 40 años. Plan de prevención. [Magister]. Universidad de Guayaquil; 2016.
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Resumen médico
Alam P. Infecciones del tracto urinario. Foundation for female health awareness. 2019;.
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